Por: José Rodolfo López Alonso.
En situaciones en las que se produce una inmovilización prolongada, ya sea por una cirugía, una lesión grave, una enfermedad que limite la movilidad, o incluso por el efecto del sedentarismo prolongado, las articulaciones pueden sufrir una serie de consecuencias negativas que afectan su funcionalidad y movilidad.Uno de los principales problemas que pueden surgir tras un periodo prolongado de inmovilización es la rigidez articular. La falta de movimiento puede provocar que los tejidos articulares se vuelvan más rígidos, lo que dificulta la flexibilidad y ocasiona molestias y limitaciones en la movilidad. Además, la inactividad prolongada también puede llevar a la debilidad muscular, ya que los músculos se atrofian al no ser utilizados, lo que a su vez afecta negativamente el soporte y la estabilidad de las articulaciones. Por tanto, se puede sufrir dolor, pérdida de la amplitud del movimiento articular, pérdida del tono muscular, así como disminución de la fuerza.
La fisioterapia post-inmovilización tiene como objetivo principal restablecer la movilidad, la fuerza y la funcionalidad de las articulaciones afectadas. Para ello, los fisioterapeutas diseñan un plan de tratamiento personalizado para cada paciente, que incluye una combinación de ejercicios de movilidad, fortalecimiento muscular, estiramientos y técnicas de terapia manual.
Estos ejercicios y técnicas están diseñados para mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación, aumentar la flexibilidad de los tejidos musculares y articulares, prevenir la atrofia muscular y mejorar la coordinación y el equilibrio.
Es importante destacar que la fisioterapia no solo se centra en la recuperación física, sino que también tiene un enfoque holístico que tiene en cuenta la salud mental y emocional del paciente, así como un atendimiento individualizado. A través de la fisioterapia, los pacientes pueden perder el temor y la inseguridad, reducir el dolor y la incomodidad, mejorar su calidad de vida, y reincorporarse de manera gradual a sus actividades cotidianas.
La fisioterapia es un pilar clave en la recuperación de las articulaciones después de un periodo prolongado sin movimiento. Con un tratamiento fisioterapéutico adecuado y una actitud cooperativa y proactiva por parte del paciente, es posible restablecer la función y movilidad de las articulaciones, mejorar la calidad de vida y promover una recuperación integral y satisfactoria.