Por: José Angel Delgado
El cerebro controla los procesos más complejos e inimaginables de nuestro cuerpo. Por ejemplo, regula la función de los órganos, y es parte del sistema nervioso, que también incluye la médula espinal y los nervios periféricos. El sistema nervioso envía señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. Los nervios registran información de los sentidos y la envían al cerebro para ser procesada. Por esta vía, también se producen los movimientos voluntarios e involuntarios, la visión, el tacto, el paladar, la audición, el olfato, y el equilibrio.
Cuando el cerebro está sano, funciona de forma rápida y automática; pero cuando tiene una enfermedad, puede afectar qué tan bien puede funcionar y realizar sus actividades diarias. Algunas enfermedades cerebrales comunes incluyen tumores cerebrales, enfermedades neurodegenerativas, encefalitis, trastornos cerebrales genéticos, accidentes cerebrovasculares, y lesiones cerebrales traumáticas. Definiendo cada una de ellas se puede argumentar que:
- Los tumores cerebrales: Pueden ejercer presión sobre los nervios y afectar la función cerebral. Curiosamente, las neuronas no mutan en cancer, pero las celulas gliales si. Los tumores cerebrales más comunes, conocidos como gliomas, se originan a partir de este tipo de células mutadas. Las células gliales son células de apoyo en el sistema nervioso que desempeñan un papel crucial en la salud de las neuronas. Pero, cuando estas células mutan, pueden comenzar a crecer y dividirse de manera descontrolada, formando un tumor.
- Las enfermedades neurodegenerativas: Pueden afectar muchas de las actividades del cuerpo, como el equilibrio, el movimiento, el habla, la respiración y la función del corazón. Entre ellas se incluyen la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y la enfermedad de Huntington.
- La encefalitis (inflamación del cerebro): Puede provocar problemas como pérdida de la visión, debilidad y parálisis. Estas pueden ser causadas por un prión, que es una proteína defectuosa, cuyo contagio se puede dar por el consumo de carne bovina infectada; que causa una encefalopatía espongiforme. También, las infecciones de las meninges (las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal) pueden causar encefalopatía, como es el caso de la meningitis.
- Trastornos cerebrales genéticos: Son causados por cambios en los genes (también llamados variantes o mutaciones). Estos trastornos pueden afectar el desarrollo y la función del cerebro. Por ejemplo, la enfermedad de Tay-Sachs; que es un trastorno que causa la acumulación de grasa en el cerebro. La enfermedad de Wilson, que es un trastorno que causa la acumulación de cobre en el hígado y el cerebro.
- Accidentes cerebrovasculares: Pueden provocar la pérdida de células cerebrales ya sea por hemorragia o por isquemia; por lo que afecta la capacidad de movimiento en una mitad del cuerpo (hemiplejia). También, puede causar parestesia, hipotonía y neuropatía.
- Lesiones cerebrales traumáticas: Pueden afectar la función cerebral, y varian de leves a graves, y sus efectos pueden ser temporales o permanentes.
Los síntomas de las enfermedades cerebrales varían ampliamente, dependiendo del problema específico. En algunos casos, el daño es permanente, y en otros casos tratamientos como cirugía, medicamentos o fisioterapia, o terapia ocupacional y del habla pueden curar la enfermedad o mejorar los síntomas. Comprender estas patologías, puede ayudar tanto a los profesionales de la salud como a los parientes y familiares de los enfermos, a cuidar con más empatía y esmero a estas personas. De manera que el aumento de su calidad de vida sea perceptible y amena.