Por: José Angel Delgado.
Las capacidades físicas del cuerpo humano son el conjunto de elementos que intervienen en mayor o en menor grado, a la hora de poner en práctica nuestras habilidades motrices. Es decir, son las condiciones internas que cada organismo posee para realizar actividades físicas, y que pueden mejorarse por medio del entrenamiento y la preparación.
Nos referimos a capacidades como la flexibilidad, la fuerza, la resistencia, la velocidad, el equilibrio, la sincronización, entre otras. A pesar de que las capacidades físicas de un organismo provienen de su genética, mucho de su ejecución tendrá que ver con la práctica y con el estado físico, que es la condición general de preparación para el ejercicio físico que un organismo determinado posee.
Las capacidades físicas se clasifican en dos tipos: coordinativas y condicionales. Las capacidades físicas coordinativas dependen principalmente del control del sistema nervioso central sobre la musculatura, ya que su ejecución depende de estructuras perceptivas y analíticas implicadas en el movimiento mismo. Ejemplos de capacidades físicas coordinativas son: el equilibrio, la coordinación, el ritmo, la orientación, la reacción y la adaptación.
Por su parte, las capacidades físicas condicionales dependen de la eficiencia energética del metabolismo, o sea, de la capacidad del cuerpo de sostener el esfuerzo frente al consumo de la energía disponible. Son ejemplos de estas capacidades físicas las siguientes: la fuerza, la resistencia, la flexibilidad, la velocidad y la destreza.
Estas capacidades se desarrollan con ejercicios específicos, los cuales se ejecutan en función de los objetivos del atleta practicante o en función del tipo de rehabilitación que un paciente debe ejecutar, teniendo en cuenta que siempre debe ser bajo la guía y cuidado de un fisioterapeuta o preparador físico cualificado.